Lo que anoche pudimos experimentar en el Teatro de la Maestranza excede considerablemente nuestras expectativas, y vaya si veníamos avisados ante el excelente sabor de boca que nos habían dejado Barragán y Floristán en tantas ocasiones anteriores en las que hemos podido disfrutar de ellos en su propia tierra. Estamos de enhorabuena, sumergidos en un sueño encantador del que imploramos no salir y que el nivel de entusiasmo y excelencia que nos está demostrando esta juventud imparable no decaiga.
Aún con la respiración contenida y casi con lágrimas en los ojos, y mientras escucho el excelente registro que han grabado para el sello Ibs Classical, y que contiene las piezas de Brahms que interpretaron anoche, he de reflejar aquí la enorme belleza de la fuimos testigos en una comparecencia única e irrepetible.